La infertilidad infortunadamente no sólo representa un problema para concebir, va mucho más allá, esta situación incluye tanto aspectos biológicos como aspectos psicosociales. En las sociedades contemporáneas las mujeres que no pueden quedar embarazadas, voluntaria o involuntariamente, pueden llegar a ser consideradas “menos mujer” o pueden llegar a perder su posición dentro de un grupo social; de igual forma, para los hombres esta situación es tachada como de “falta de virilidad”. Desde luego, nada más equivocado puede ser, sin embargo estas situaciones terminan por minar la autoestima de la pareja, lo que va en detrimento de sus fuerzas para luchar contra este problema.
La sexualidad de la pareja que quiere tener un bebe es otro aspecto fundamental que se ve afectado por problemas de fertilidad, ya que se convierte poco a poco en una herramienta para lograr el anhelado objetivo del embarazo y cuando no se obtiene, el sexo puede llegar a convertirse en una rutina en la que se va perdiendo el sentido del placer. Algunos estudios demuestran que entre el 35% y el 55% de las parejas sometidas a estudios diagnósticos y tratamientos terapéuticos para combatir la infertilidad, han afirmado perder entusiasmo en su actividad sexual y en el placer que de ella se obtiene. Un 25% de las parejas infértiles manifiesta que el sexo se hace menos placentero, comparado con tan sólo un 10% de las parejas fértiles que también buscan quedar en embarazo. Asi pues, la infertilidad y los algunos tratamientos en contra de ella, logran condicionar el sexo únicamente al logro del embarazo lo cual afecta notablemente la relación de las parejas.
La fuerza de la relación se pone en juego muchas veces en este tipo de situaciones, ya que los sentimientos de frustración y baja autoestima pueden aparecer, conllevando muchas veces al aislamiento social y a discusiones entre la pareja. En efecto, la mayor parte de tratamiento médicos convencionales sólo se concentra en las condiciones anatómicas, funcionales y fisiológicas que intervienen en la infertilidad de la pareja, algunos de los cuales terminan por convertirse en terapias dirigidas casi exclusivamente a “gametos” (óvulos y espermatozoides) con lo cual los individuos que reciben la terapia terminan muchas veces por sentirse como “ratones de laboratorio” y no como seres conscientes y activos. En situaciones como esta es importante que la pareja piense en buscar ayuda psicológica, pues durante el tratamiento de la infertilidad es necesario crear un ambiente libre disfunciones emocionales que sirva como coadyuvante en el tratamiento médico principal, Así mismo, es recomendable considerar terapias alternativas para lograr el embarazo rápidamente, algunas de las cuales por si sólas han demostrado ser muy efectivas, precisamente por integrar los aspectos físicos y emocionales; algunas otras pueden ser usadas como complementos al tratamiento médico convencional.
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Adriana Medina
Soluciones Efectivas
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